Te vi entre las luces

Honestamente, no podía soportar ni un momento mas su cara ancha llena de pecas. ¿Debería decirle que realmente no quiero nada con ella? Si, sería lo mas práctico para ambos; yo no me estreso ni ella estrella el avión de la ilusión. Tuve que haberla rechazado el primer momento en que ella me vino a buscar, cuando me invitó de nuevo a caminar por el mismo lugar donde hace tiempo había hecho gala de mis conquistas. Pero ¿De qué conquistas hablas? Hablo de las conquistas que logramos ambos, cuando nos unimos y sacamos partido a las consecuencias negativas de nuestras palabras. Deberíamos juntarnos mas a menudo y ver como el mundo anda cuando sabemos lo que queremos lograr. Hoy por hoy solo soy un cascarón del que fui, ¿Alguna vez fui alguien? Lo fuimos y entre el gentío dejamos los juicios y las ideas colgadas de un cable de alta tensión. ¿Será por eso que me veo de esta manera? ¿No podemos ir a recogerlos y volver a calzarlos? Puede ser, pero en el mar de calles que es nuestra memoria, en qué callejón se encontraran. Ese resoplido lo conozco, lo hace cuando hago algo que a ella no le gusta y como a mi no me gusta su reacción lo repito hasta que se harta y se va. Un poco infantil tu proceder. En lo absoluto, solo reacciono a su reacción. Pero regresando al tema, ninguno se llena de problemas, ni ella ni yo. Nos sentamos a mirarnos las caras sabiendo que el amor pende de un hilo, no de una cuerda floja porque al menos el acróbata sabe qué hacer, nosotros no, es por eso que la ultima vez que almorzamos, esta tarde, fue todo tan lento y vomitivo. No, no hay otro adjetivo. Ella miraba el menú mientras yo buscaba algo con qué entretenerme en el salón. De costumbre, estaba enojada por mi impuntualidad pero luego de mis disculpas, porque el radiador se había encaprichado, su semblante no dejo de mantener la compostura. Me dijo,

-Deberías comprar otro auto, ese me tiene cansada. Siempre es la misa cosa contigo, llegas tarde por culpa de esa tontera. Muchas veces creo que me mientes y realmente...

Y realmente lo hacía. En esas ultimas semanas mas pesó el grito que el afecto. No creo que pueda conjurar una imagen concreta de ella haciendo algo que me guste a mi, en el ocaso de eso que fuimos, ella habla de lo mal que me queda la impuntualidad y lo terrible que se me ve mintiendo, yo pienso como lograré deshacerme de todo esto que me enferma.

-¿Me estas escuchando?
(-No)
-Claro, continua.
-No lo haces..
(-¿Acaso puedes leer mis pensamientos?)
-Si lo hago, estabas hablando de que te molestaba tener que llegar a cualquier lugar con ese carro en las condiciones que esta.
(-¿Feliz?)
{-No soy estúpida}

Hasta el simple acto de comer se había viciado por sus malas caras y sus comentarios lacerantes. ¿Qué le vimos? No tengo algo concreto para responderte, pero sabes bien lo hermosa que se escuchaba cantando en escenario, lo inalcanzable y efímera que se veía entre las luces de los reflectores, una Billie Holiday más joven y menos obesa. Labios seductores, ojos amplios y pecas por doquier. Un perfume violento que destapaba todas mis inhibiciones y engatusaba a todos los presentes. Una silueta de guitarra, un contrabajo tremendo que hacía girar al mundo sobre su eje. Ese sudor que recorría su cuerpo mientras corría de un lado para el otro en el escenario fue el mismo que me cubrió y acompañó todas las noches. Al terminar su canción una sonrisa te hacía dudar de la continuidad del tiempo. Fue eso lo que vimos en ese momento, lo que vivimos fue algo parecido a un solo de Jimmy Page: descontrol, placer y astucia. Yo fui el primero en partir porque me sentía minúsculo a su lado. Tenía la estúpida idea de que yo no iba a poder ser nunca lo que quizás ella esperó en una persona pero ella... Ella fue todo lo que no imaginé que podía gustarme. Por un tiempo lo fue. Yo fui su tierra firme cuando el mar la escupía de regreso a este lado de la vida. Ella era el alma de la tormenta, con su briza enérgica y vibrante. Para cuando la tormenta pasaba, ambos nos abrazábamos agotados, sosteniéndonos el uno al otro, compadeciendo a la cantidad de seres que van por el mundo sin esto que teníamos. Eramos afortunados pero ni siquiera una diosa mantiene su estatus cuando tienes que limpiar vomito de su cabello.

-Creo que esto dejó de funcionar.

Dio el paso que esperábamos. Tuve que lucir asombrado mientras el otro bailaba dentro de mi cabeza. Claro que si, como debe de ser.

-Creo que tú y yo dejamos de ser quienes fuimos -continuó- siento que en el camino he dejado de ser yo. No creo que pueda continuar con esto.

Recuerdo lo parsimoniosa que fue mi respuesta.

-Creo lo mismo que tú -mastiqué y tragué- He dejado de soportarte como debería.

La indignación en su rostro no demoró en armarse.

-Pues yo también estoy cansada de ti, de tu temple ensayado y de tu absurdo intento de locura. Eres el hombre mas aburrido del planeta, No tienes planes, no tienes sueños, no tienes ni siquiera donde caerte muerto. Dejaste de complementarme, no... Dejé de pensar que me complementabas. No sé qué carajo me hiciste para poderte soportar tanto tiempo. Me cabrea tu tranquilidad cuando el mundo se mueve a la velocidad de la luz, el mundo no espera, el mundo no aguanta, el mundo es mundo y nada ni nadie le importa. Ya es hora de que tomes las riendas de tu vida y seas un hombre de verdad, no un adolescente confundido ni retraído.

Y se levantó como el polvo cuando el viento sopla fuerte y de la misma manera se fue. Solo reí. ¿Qué mas podía hacer? Estaba en lo cierto.

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