Valparaísohalla

-Stay with me. I've got a friend who has a bar in Valparaíso. You'll play the guitar and I'll sing, the perfect combination in the house. People will go  for you and me, I can be a with version of Aretha Franklin or Ella, you can be a latin version of Muddy Waters.

De todos lo posibles escenarios que la vida me pudo haber deparado, este, sin duda alguna, ha sido el mas enigmático y perfecto que pudo existir. Frente a mi Felicia me miraba ávida de continuar está peregrinación que comenzamos porque el azar fue bueno. Me volvió a preguntar, mientras yo tomaba café y ella no soltaba su botella de agua.

-Are you gonna stay with me? 
-Creeme que lo haría pero ya compré el ticket de regreso a mi ciudad.
-Give it back, I'll buy you one after we spend time together.
-No puedo dejar que hagas eso
-I'm doing it because I want to be with you -resopló- Is it hard to notice?
-Let me finish my coffee. -le respondí.
-I don´t understand why you drink that... It's disgusting. -exclamó.
-Baby, you don´t know what you are missing.
-I actually do. -me dijo mientras le daba un sorbo a su botella de agua.
-One day you'll drink coffee with me. -sentencié.
-You wish. 
-So... It is hard for you to notice that I want to be with you?

Tuve que encender un cigarrillo y sonreír. En toda esa frustración el rosa de sus mejillas comenzaba a inundar toda su cara y sus ojos no dejaban de mirarme. 

-No, it is not. -respondí- I also want to stay with you. 
-Then do it.

No sé en que momento de la noche fuimos rápidamente hasta la estación de buses, no sé cuanto tiempo nos tomó en hablar con el dueño de la flota de buses para que me devuelva el dinero y por el mismo trayecto compramos los tickets de bus para Valpo. Mientras caminábamos de regreso a la casa ella reía y me contaba de lo feo que era vivir en su ciudad con ese frío que te cala los huesos, ese calor que te derrite las entrañas y ese otoño que te regresa a la vida. Caí en cuenta de que estábamos cogidos de la mano cuando por fin tuve que abrir la puerta del departamento. 

-Camianmos cogidos de la mano -le espeté.
-Lo sé. I liked it.

Arreglamos nuestras cosas, dejamos la casa de mi amigo limpia y creo que bailamos en la noche. Yo la guiaba con mis pésimos pasos y ella se reía porque no podía coordinar sus movimientos. Y la música seguía estruendosa hasta que el primer rayo de sol nos encontró abrazados en el balcón.

-Are we dreaming? -me preguntó- cause it feels like it.
-We are not, that's the funny thing.

Dormimos camino a Valapariso. Nos hospedamos en un hostal pequeño, rustico y hermoso. Entonces, esa misma noche comenzamos a tocar, esa misma noche nos dedicamos a lo que habíamos venido. Los acordes salían de mi guitarra y ella cantaba, me cantaba a mi a pesar de la gente y me compartía su sonrisa que se reflejaba en mis labios. La gente coreaba, la gente pedía otra. La luz la caía sobre ella y por un momento sentí que había llegado al Valhalla y ella, mi Valquiria, me invitaba a ser eterno a su lado. 

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