Fake

Poco él sabía que lo que le intrigada a ella era tan solo una pantomima que se decantaba en pena. Sin embargo, mientras sus menudas manos aprisionaban las suyas aquel pensamiento veraz se esfumó de su cabeza. Muy fácil es olvidar la vicisitud cuando el cielo abre sus puertas en los ojos de alguien más. Y son los ojos los primeros en fallar cuando intentamos ver la realidad. Es un poco laborioso trazar una linea que divida lo verdadero de lo que jamas podrá ser, muchos los hacen, y les va muy bien, pero otros, como Julio Collantes a sus casi 40, les termina siendo un dolor que tardará en ser olvidado. Rose Anderson devoraba con la mirada cada parte que Julio había construido de él, o que el tiempo dejó de él. Ya no tenía el perfil aristócrata que caracterizaba a su familia ni la piel bronceada de la que en alguno momento gozó cuando escaparse a la playa era el acto de rebeldía mas grande que se podía cometer sino que tenía la piel algo salpicada por el hígado y bastante tersa, como una camisa a la que se la usa mucho y termina desgastada. Ella, por otro lado, poseía rasgos finos y atractivos que levantaban miradas en cualquier lugar. Una cabellera larga y lacia, aunque planchada para ese momento, y una sonrisa amplia y diáfana. Quizás era por eso que Julio no pudo dilucidar que lo que realmente ella buscaba en él no era lo que él buscaba en ella. Esto nos lleva a preguntarnos, "entonces, ¿Qué quería Rose?", "¿Acaso no era feliz con Julio?". En la cabeza de ella existía una dicotimía: por un lado apreciaba a aquel hombre que se había fijado en ella, que la había cuidado y la había salvado de si misma pero por otro ella no veía en él al hombre al cual ella estaba acostumbrada. Para Rose el hombre siempre tendría que ser malo y tener un trato peyorativo con ella para así canalizar su rol de salvadora al punto de ser mártir y justificar su elección.

Él le hablaba del modernismo liquido, al cual ella no prestaba atención alguna sino que pensaba en lo burda que se veía su barba. Comparaba la barba de Florentino Vizñay, que para ella eso si era barba, con la de Julio y añoraba adentrarse en ella a punta de besos y caricias, resguardarse detrás de la misma y no salir jamas, aunque la esposa los encuentre, de nuevo, en cualquier lugar sudados y consumados por la lujuria. Se cuestionaba el proceder de Julio y lo mal interpretaba como una patología pobremente tratada. Él le ganaba con 10 años. El concepto que ella tenía de ella misma era el de una quinceañera que al fin se vistió de mujer y que, teniendo la belleza que tenía, alcanzaría lo que quería del mundo. Y de hecho lo haría pero no en ese momento, no ahora. Mientras la conversación se volvía al campo emocional, el cual le causaba mareos a Rose, él le decía que se aventuraba por ella a lugares que en su vida no habría podido recorrer por diferentes motivos y ella tan solo se limitaba a escucharlo porque no quería nada mas que alguien la admire como ella se creía ser.

Él estuvo dispuesto un tiempo a rehacer toda su vida usándola a ella como piedra angular pero aquello era una idea muy densa de procesar. Quizás Rose no huía porque el miedo vehemente al karma la mantenía estática e indispuesta. Pero nada de eso molestaba cuando la halagaba y le decía todas esas cosas que desencadenaban en ella la cantidad abismal de serotonina que hasta cierto punto extrañaba. Puede ser que en algún momento pensó en que él se apresuraba a las cosas, de hecho se lo conversaba a Florentino, y que no era normal que para su edad le toque vivir todo eso.

-Ya deja de pensar en eso, Rose -le respondía Florentino- y ven a mi casa.

Ella iba y se reía y conversaba y besaba y acariciaba a Florentino de tal manera que Julio era un baboso mas detrás de ella. Aunque muchas veces tenía que vestirse y correr del lugar porque la esposa de su amante llegaba sin avisar. Para ella eso era amor. Aunque la noticia llegó a los oídos de Julio, este no se inmutó. La vería en la noche y saldrían al cine como una pareja normal y conversarían de manera superflua de las cosas que conversaban y se acostarían en función a agradecimiento de la velada y ella secretamente pensaría en Florentino y su barba. Julio lo sabía y mientras iba a casa de Rose a recogerla la radio le dio la respuesta que él no quería escuchar

"She feels like the real thing
she tastes like the real thing
my fake plastic love
...
...
...
...
...
...
...
...
If I could be who you wanted
All the time..
All the time.."



Comentarios

Entradas populares de este blog

Trompetas en el Cielo

Katherine

¿Es este el sabor del verdadero amor?