I'll follow where you lead

Me sé de memoria esta carretera. Estos parajes extensos y coloridos siempre han hecho del recorrido un viaje mas sencillo. Incluso con lluvia, el paisaje no deja de atraparme. Es fácil perderme en el, sentir el olor a tierra mojada que emana del suelo, es casi lo que me ocurre cuando me pierdo en los ojos de ella. Es normal hacerlo, saber que tengo donde refugiarme, saber que tengo un lugar donde podría pasar el resto de mis días en paz. La locura debería ser parte de mi ser si me negara a quedarme a su lado, a dormir y despertar con el resplandor de sus ojos. Y es su brillo el que le trae de vuelta a los fantasmas desde a los espacios pequeños de la memoria, donde crepita la dignidad perdida hace meses, pero solo se limitan a vernos, a verla a ella que es mejor que todo lo que el pasado tuvo. Yo no estoy cerca, me encuentro perdido, en el fondo de todo, mi yo real está sepultado, inerte entre las rocas y las raíces, entre lombrices y topos que son remedos que queda de mi memoria. Al caer en cuenta noto que estoy frente a su puerta, tengo la presión acelerada, como en la espera de que algo malo vaya a suceder. Y sucede.

Me voy acercando y alcanzo a verla a través la ventana, como la primera vez que la vi, cuando auguré que sería perfecto que ella me espere en casa luego de un día largo y abrumador. Todo está bien. Camina de puntitas porque el frío es fuerte, abre la caja de pizzas y mentalmente selecciona con cual de todas las porciones quedarse, seguramente tomará la mas grande. Me dispongo a tocar la puerta pero antes de hacerlo alcanzo a ver que no está sola. Alguien la abraza desde atrás, rodea su cintura con sus brazos y la acerca a él. Ella sonríe y le da un pedazo de pizza para que coma junto a ella. Él accede y ríen porque el queso de toda la porción se fue en ese mordisco. Ella le empieza a limpiar el mentón, cubierto por una espesa barba, y poco a poco sube a sus labios los cuales los limpia lentamente con el pulgar. Siento la yema de su pulgar contra mis labios como si fuese conmigo. Mirando como ella sigue el ritual que era nuestro, o de ellos y lo hacía parecer nuestro, que generalmente termina donde sé que terminará me dispongo a salir de ahí, correr y no regresar, salvar la poco cordura que me quedará luego de eso. Y estoy en lo cierto. Acto seguido ella se cuelga de su cuello y él la levanta, la carga y lentamente la lleva a la habitación. ¿Será que esta es la manera en que debo de pagar todo lo malo que hice en esta vida? Quizás lo creo, sus gemidos lo corroboran, la cama lo asevera con cada movimiento. Su aliento se mezcla con el mío, siento sus manos entrelazarse con las mías, abro los ojos y la veo, sus latidos golpean mi pecho, me detengo.

Me voy acercando y alcanzo a verla a través la ventana, como la primera vez que la vi, cuando auguré que sería perfecto que ella me espere en casa luego de un día largo y abrumador. Todo está bien. Camina de puntitas porque el frío es fuerte, abre la caja de pizzas y mentalmente selecciona con cual de todas las porciones quedarse, seguramente tomará la mas grande. Me dispongo a tocar la puerta pero antes de hacerlo alcanzo a ver que no está sola. Alguien la abraza desde atrás, rodea su cintura con sus brazos y la acerca a él. Ella sonríe y le da un pedazo de pizza para que coma junto a ella. Él accede y ríen porque el queso de toda la porción se fue en ese mordisco. Ella le empieza a limpiar el mentón, cubierto por una espesa barba, y poco a poco sube a sus labios los cuales los limpia lentamente con el pulgar. Siento la yema de su pulgar contra mis labios como si fuese conmigo. Mirando como ella sigue el ritual que era nuestro, o de ellos y lo hacía parecer nuestro, que generalmente termina donde sé que terminará me dispongo a salir de ahí, correr y no regresar, salvar la escasa cordura que me quedará luego de eso. Y estoy en lo cierto. Acto seguido ella se cuelga de su cuello y él la levanta, la carga y lentamente la lleva a la habitación. ¿Será que esta es la manera en que debo de pagar todo lo malo que hice en esta vida? Quizás lo creo, sus gemidos lo corroboran, su aliento lo siento cerca, sus latidos golpean mi pecho, me detengo.


-¿Qué pasa? -me pregunta.
-Hay alguien afuera -le contesto-  parece que nos están viendo.

Ella sonríe y me besa.

-¿Quién mas podría ser si no tú?


Weird Fishes

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