La ultima vez que vi a mi hermano fue la noche del Gran apagón. Realmente creí que todo se debía a una falla en algún transformador cerca de la casa. Pensé, mientras me levantaba de la cama, que el momento no podía ser el peor: primero, mi padre estaba con la paranoia de que el mundo terminaría muy pronto. Según él, en algunas partes del mundo las trompetas de los siete ángeles ya había comenzado a sonar, la gente les llama "Sky trumpets" y estaba preparando todo para el día del juicio final, lo cual me recordaba a los hombres mayores que vivieron ese momento de la Guerra Fría, guardando vivieres para poder sobrevivir cualquier tipo de apocalípsis. Lo segundo era que los ataques de pánico de mi hermana menor no había cesado, es más, se habían acrecentado al punto de que mi hermano mayor tenía que cuidarla y sujetarla porque terminaría cometiendo cualquier tipo de locura. Mi hermano quizás era el mas parco de todos. Siempre fue alguien que vivió a su manera, sin importar la co
Ya sabía yo que te encontraría en algún otro lado. Quizás nos veríamos de lejos y me saludarías de la mano, yo por educación respondería con el mismo gesto y te acercarías. Me saludas con un beso en la mejilla y yo sé que mi mente fantasearía contigo y nuestros posibles encuentros, nuestras posibles vicisitudes, nuestras idas y venidas. Quizás discutiríamos por cosas vacuas como la cama desarreglada, el piso sucio o por quien llevaría a Olivia al parque. Podré haber imaginado mucho más, si en algún momento te volviese a ver a lo lejos, como el sabor de tus labios, el olor de tu cabello, el sentido de tus palabras con ese acento que no es de aquí ni de allá. Creo que en algún punto, mientras veo esa posible realidad, te pido que seas mi esposa un día de lluvia luego de haberte llevado a la playa con alguna excusa compleja. Por hecho doy que tú te habrías dado cuenta de mis intenciones y habrías aceptado de lleno la invitación para luego sorprenderte de la lluvia mojando el anillo. Sé qu
Creo que comienzo a perder la cordura. Mientras duermes y tu semblante proyecta comodidad yo me sumerjo en lo terrible del pasado. No en el pasado inmediato de cosas que no van más allá del ayer sino en los días posteriores a esos, los meses y los años. Hace casi 8 meses que te conozco y sé que cada parte de ti irradia atención, que las luces de los reflectores se posen sobre ti y aunque no tengas nada bueno que decir, porque generalmente lo que dices es una reiteración de lo que le cuentas a los cuatro vientos para recibir la misma respuesta de aquellos, tu aplomo te hace anhelar esos aplausos y esos besos lanzados que llueven por doquier. Realmente no me molesta tu histrionismo, quizás es lo único que me gusta de ti, sino que me da algo de risa ya que es el mismo el que te ha metido en los problemas de los que ahora cosechas frutos. Sé muy bien que quisieras haber comenzado algo con alguien que no soy yo, alguien prudente y cautivante pero bendita sea mi paranoia y mi astucia las q
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