#VIR 6

Solo se escuchaba el eco de sus pasos retumbar por todo el lugar. Las estanterías con libros no terminaban. Habían caminado bastante desde que aparecieron en ese lugar. El olor a papel viejo y cuero cuero que había gustado en un comienzo ahora era repudiado. Había contado 25 candelabros desde su punto de partida, varias veces le había caído cera caliente sobre su sombrero de lino negro refunfuñó e insultó mientras limpiaba el sombrero para volvérselo a poner. Epsilon caminaba con paso acelerado, al parecer sabían donde estaban. Pensandolo bien, nunca había conocido a Epsilon sin el título de Oberon. Cayó en cuenta de que Ep jamas había sido un hada, no parecía humano pero tampoco era un demonio, no era un dragón, ni un titan, entonces ¿Qué era? Recordó que había dicho algo de la ubicuidad y eso la llevó a pensar en algún tipo de magia que había pasado por alto. Si mal no recordaba, la ubicuidad era una magia que existía desde el inicio de Klo, una magia antigua que los dioses del amanecer poseían para estar en todos los lugares al mismo tiempo dentro de toda la inmensidad del universo. ¿Acaso era un dios? No, los dioses antiguos murieron en la guerra del atardecer, cuando la nueva era comenzaba y el gran Cheino llegó las orillas del continente Akren hace miles de años buscando un nuevo lugar para su pueblo. Entonces el linaje de Zikz estaba en la sangre de Epsilon, ellos descendían directamente del dios K´zik, el creador.

-Ep, ¿Puedo preguntarte algo? -dijo al fin Jacq.
-Dime
-¿Qué eres? -Jacq soltó la pregunta sin pensarlo dos veces.
-¿A qué te refieres? -preguntó Ep sin detenerse.
-Me refiero a que yo soy media humana, Kath es un hada dragón, Dnseter un Titan, Raid un demonio, Fran un druida, Manz un bardo loco, Titania un hada... ¿Y tú?
-Déjame pensarlo -Ep se detuvo- Creo que soy este y este soy yo.

Epsilon sonrió y prosiguió con su camino. Jacq no estaba contenta con esa respuesta. Algo la incomodaba de ese Epsilon que tenía frente a ella. ¿Sería el mismo Epsilon de hace bastante tiempo? Debería ser, podía sentir su energía tal cual la recordaba hace tiempo. Algo había cambiado en él y ella lo sentía pero no podía determinar qué era. Siguieron su camino hasta que escuchó la risa de una mujer. Se acercaba. Al mirar por el largo pasillo pudo atisbar un punto que se acercaba a toda velocidad, hasta que dejó de ser un punto y sen transformó poco a poco en una mujer de cabello largo y sonrisa amplia. Alta, trigueña y esbelta, llevaba un vestido negro largo y estaba descalza pero sus pies no tocaban el suelo.

-Sol! -exclamó Epsilon- disculpa por no haber llegado a tiempo.
-Nunca lo haces, Ep -espetó la mujer.
-Mira, te presentó a Jacq -se hizo a un lado y Jacq sonrió tímidamente.
-Sé quien es ella. -respondió al momento en que la acercaba a ella y depositaba dos besos en cada mejilla palida de Jacq- Estaba leyendo su historia antes de llegaras.
-¿Mi historia?
-Si, Jacq -respondió Sol- en esta biblioteca se escribe la historia de todas las personas que exiten en el mundo. Es como un diario largo. No es como la Biblioteca de Shallag donde todo lo que se escribía era una obligación impuesta por los dioses. No. Aquí solo se puede leer el pasado de todos lo seres y el presente a medida que lo escriben.

Jacq lucía confundida y no respondió nada, por el momento. Estaba intentando asimilar todo lo que Sol le había dicho. Le parecía irreal, tan irreal como el golem en el pantano, la puerta de Gauf y sus eslabones de maga. Lo irreal para ella era su realidad.

-Venía a... -intentó terminar Epsilon.
-Preguntar la locación y estado de Mafer -completó Sol- Esta por acá, síguenos Jacq o podras perderte en este mar de paginas y pieles de cuero curtido.


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