Janus y Bastis (Cambia, no todo Cambia Parte II)

"Tu perfume me arde en los labios"

Me dice Bas luego de haber terminado nuestro cortejo. Enciendo un cigarrillo y ella mi pide otro. Se lo doy, naturalmente. La siento deslizar su cuerpo en el otro lado de la cama. Pero el sentimiento de asco me ha invadido y ella lo sabe, ella lo siente. Le doy la espalda y la pared blanca me mira de regreso. ¿Qué es esto que vivo con ella? Esto es mas que costumbre, es comodidad. Se que puedo dejarla en cualquier momento y se que ella no lo soportaría porque la conozco. Ella es tan lineal, como la literatura norteamericana, como el ingles: I love you, es "te amo" pero aquí lo degradamos hasta un "Te quiero" "te aprecio" bla bla. Siempre me fue sencillo tomar decisiones en ingles, 23 años enseñándolo dejan buenas secuelas. Aunque prefiero mi lengua madre para insultar: "Hijo de puta" "Chucha de tu madre" "cara de verga" Es mas vistoso así. Se saborea cada palabra antes de esculpirla. Entonces Bastis posa su brazo sobre mis costillas, ya ha pasado el tiempo del asco. La pared ya deja de mirarme, estaba en la nada. He recordado que el perfume que tengo puesto es algo simple pero le ha ardido en los labios ¿Sera alguna figura literaria? Si, es perfecta. Aunque deteste su dialéctica, tiene buenas líneas. Ambos cigarrillos se terminan, las cenizas nos hacen compañía en la cama y somos ya una multitud.

"Ya puedo abrazarte"
Me dice jugando con la voz, una voz de niña pequeña que a ratos me gusta, me llama. Lo dice como una pequeña que busca un afecto esquivo, negado sin intención. Accedo. Dejo de darle la espalda y me volteo a mirarla. Los años han caído sobre ella pero aun tiene la mirada fija y firme como si me pudiera dominar. No lo hace y creo que tampoco la he dejado. Ya no estoy para andar de perrito, peor de Somocurcio. Con sus delgados dedos acaricia mi rostros, es verdad lo que Art dijo, la barba se ha espesado, apenas siento la caricia de Bas.

"¿Qué sentiste al verla?"
Al fin pregunta lo que tenía atravesado en la garganta. Supe entonces que contestar.

"Nada, siempre es bueno hablar con Art. Sentí la formalidad de las cosas, la seriedad de las mismas. Siempre ha sido feliz con Tot, desde que se conocieron en la Universidad. Ambos contra el mundo. Ni tan serio como lo pide la sociedad, ni tan informal como suele suceder."
"¿No se te revolvió el estomago?"
"No, para nada"
"¿Y a ella?"
"Eso no lo sabre"

Bas me mira con ojos dubitativos. En mi discurso no hay ni un pedazo de mentira. He dejado de mentir. Sigue buscando hasta que se da cuenta de que todo es nítido. Me acerca a ella, la respiro. Esta es su manera de decirme que me cree. Es lineal. Quizás la incertidumbre con lo que me saldrá luego no aqueja mi mente sino me mantiene tranquilo, arrullado. Pero se que nunca es bueno confiarse.

"Aun recuerdo cuando te dolía"
"Yo también lo hago"
"Te mató dos veces"
"Y aquí me tienes, entero"

Una sonrisa de satisfacción se dibuja en sus labios mientras tiene los ojos cerrados. Quien hubiera creído esta imagen. Si, estoy feliz. Es bueno tener estos momentos, sobretodo cuando Lina se va donde la abuela. Este momento, estos simples ratos me han ayudado a seguir. Incluso si ella no es la mujer de mi vida.

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