A uno le toca

A uno le toca los tintos pasados, las comidas frías y los enojos superfluos. 
A uno le toca balancearse con un sueldo mediocre, una triste canción y una vida en letanía. 
A uno le toca acostumbrarse a las huevadas del periódico que casi siempre buscan dañar el mañana.
A uno le toca saber que todo lo que vive es real y que nada de lo que se haga en este plano servirá para el otro que comienza con el final.
A uno le toca sudar el pan, hilvanar el techo, labrar las lineas del recital al cual nadie llegará.
A uno le toca crear recuerdos, superar momentos y olvidar pasados en algún bolsillo de alguna camiseta dejada en algún pueblo destrozado por un vendaval.
A uno le toca afrontar las despedidas, decir "adiós" cuando es debido y usar los "Farewells" o ciertos "Good byes" 
A uno le toca mirarse cada mañana frente al espejo, reconocer esas facciones de mierda que cambiaran con el tiempo, ver un estafermo cuando se busca una Venus de Milos sin brazos o un Adonis cualquiera.
Pero mas que nada a uno le toca aceptar que en esta vida para contar la felicidad le sobran dedos, para disfrutar del amor le faltan sábanas, para vivir en paz le falta cerrojos y para la soledad un par cajetillas.

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