Intento #9


De nada servían las repeticiones que pude haber pronunciado centenares de veces como mantras paliativos. Jugábamos a los congelados y ella me pegó en la cabeza y yo solo la empuje y cayó por las escaleras.  Pero en realidad ella yacía muerta, los ojos blancos, la sangre en la alfombra, mi madre furiosa me miró y levantó a mi hermana que parecía una muñeca de trapo. Ella reía, como si las sacudidas que le propiciaba mi madre le provocaran cosquillas como si todo fuese una broma y en cualquier momento se levantara y le diría: "Mama, estoy bien", pero nunca sucedió, no entiendo porque no lo hizo. Mi madre llora sobre sus carcajadas, no la ve. Entonces, mi madre me lanza una mirada de odio; sus ojos rojos, toda su furia se dispara a través de ellos para fulminarme y hacerme sentir pequeño, diminuto pero no culpable, ella esta viva, ¿acaso me quieren tomar el pelo? Me comienza a gritar, mi padre entra por la puerta principal y ve la escena, no puedo mas y corro a mi cuarto. La familia viene, se reúnen, yo sigo encerrado, solo sin televisión ni computadora. La familia murmura que yo la mate, pero desde la caja donde esta ella la escucho reír. Cometo el error de decirle a mi padre que la escucho reír pero me abofetea. Tiempo después, mi madre me deja en la casa de mi tía. Me crío con ella.

-Entonces, ¿Ella está viva?- me preguntaban varios psiquiatras a pedido de mi tía ya que mi madre no quería verme, ni oírme. A mi padre no lo volví a ver.

-¿Quién está en la caja si Marlene no está muerta?- me preguntaban otros mas.
-Ella -les respondía.
-¿Y no está viva?- me volvían a preguntar.
-También.


Fue luego de varias sesiones que termine en el Lorenzo. Pero lo mas extraño aun es que mientras mi hermana esta apunto de caer, siento como las puertas eléctricas se abren para dejar entrar a los de blanco, mientras veo el terror en la mirada de mi hermana, me dan pastillas en un vasito de papel para dormir. Mientras ella rueda las escaleras recuerdo mi vida después del suceso.

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